
Humberto Rivas llegó a España desde Argentina en 1976, un año después de la muerte de Franco. Se instala en Barcelona y empieza a relacionarse con el mundo artístico a través de la revista madrileña Nueva Lente, que por aquel entonces se encontraba en crisis, pero con su llegada dió un soplo de aire fresco a la revista.
“Frente a un paisaje o un retrato, o lo que sea, yo no puedo ni quiero ser objetivo”.
Sus fotografías no invitan a la mirada, sino a la contemplación. La mirada puede ser ausente y ruidosa; en cambio, la contemplación exige recogimiento y reflexión.
Texto: Miriam Cartagena
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